miércoles, 9 de julio de 2014
LA EXPLICACIÓN DE LAS METÁFORAS
Lejos del tiempo, del espacio, un hombre está extraviado
Delgado como un pelo, vasto como la aurora,
Las narices espumantes, ambos ojos trastornados,
Y las manos adelante para tantear el decorado
-Por lo demás inexistente. Pero cuál es,se dirá
El significado de esta metáfora:
"Delgado como un pelo,vasto como la aurora"
¿Y por qué esas narices fuera de las tres dimensiones?
Si hablo del tiempo, es porque aún no es,
Si hablo de un lugar, es porque ha desaparecido,
Si hablo de un hombre, pronto estará muerto,
Si hablo del tiempo, es porque ya no es,
Si hablo del espacio, un dios viene a destruirlo
Si hablo de los años, es por aniquilar,
Si escucho el silencio, un dios vuelve a mugir en él
Y sus gritos repetidos no hacen sino dañarme.
Pues esos dioses son demonios; reptan en el espacio,
Delgados como un pelo ,vastos como la aurora,
Las narices espumantes, la baba en la cara,
Y las manos adelante para coger un decorado
-Por lo demás inexistente.Pero cuál es,se dirá
El significado de esta metáfora :
"Delgados como un pelo, vastos como la aurora"
¿Y por qué esas narices fuera de las tres dimensiones?
Si hablo de los dioses, es porque cubren el mar
Con su peso infinito, con su vuelo inmoirtal,
Si hablo de los dioses, es porque frecuentan los aires,
Si hablo de los dioses, es porque son perpetuos.
Si hablo de los dioses, es porque viven bajo tierra.
Insuflando en el suelo su aliento vivaz,
Si hablo de los dioses, es porque cobijan el hierro,
Amontonando el carbón, destilando el cinabrio.
¿Son dioses o demonios? Colman el tiempo,
Delgados como un pelo, vastos como la aurora,
El esmalte de los ojos quebrados, las narices espumantes,
Y las manos adelante para coger el decorado
-Por lo demás inexistente. Pero cuál es, se dirá
El significado de esta metáfora :
"Delgado como un pelo, vasto como la aurora"
¿Y por qué esas dos manos fuera de las tres dimensiones?
Sí, son demonios. Uno baja, el otro sube.
A cada noche su día, a cada monte su valle,
A cada día su noche, a cada árbol su sombra,
A cada ser su No, a cada bien su mal,
Sí,son reflejos, imágenes negativas,
Se agitan a manera de la inmovilidad,
Arrojando en la nada su multitud activa
Y componiendo un duplicado a toda verdad.
Pero ni Dios ni demonio el hombre se ha extraviado,
Delgado como un pelo, vasto como la aurora,
Las narices espumantes,ambos ojos trastornados,
Y las manos adelante para tantear un decorado
- Por lo demás inexistente.Es que está extraviado ;
No es bastante delgado, no es bastante vasto :
Demasiados músculos torcidos, demasiada saliva gastada.
La calma volverá cuando verá el Templo
De su forma asegurar su propia eternidad.
Raymond Quenau (Francia,1903 - 1976) Traducción de Javier Sologuren
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