domingo, 19 de junio de 2011

Howard Phillips Lovecraft (U.S.A 1890 - 1937)



Hongos desde  Yuggoth  (Fragmentos)


I .  El libro


El lugar era oscuro,polvoriento,medio perdido
en viejas callejuelas cercanas a los muelles,
que hedían a cosas raras traídas por los mares
con curiosos remolinos de niebla que arrojaban los vientos.
Pequeños paneles oscurecidos por el humo y el frío
permitían ver montones de libros en una gran maraña;
se pudrían, desde el piso al cielorraso,
esos escombros de erudición a bajo precio.

Entré, extasiado, y en una pila llena de telarañas,
tomé el tomo más próximo y lo hojee,
estremeciéndome antes esas frases extrañas
que parecían guardar algo monstruoso,si uno 
estaba en el secreto.
Luego,al ponerme a buscar un vendedor experto,
sólo encontré una voz que se reía.



V. Regreso a casa



El demonio dijo que me llevaría a casa,
a la tierra pálida,sombría,que apenas recordaba
como un lugar en las alturas,con escaleras y terrazas,
amurallado con balaustradas de mármol que lo vientos peinaban
mientras,millas debajo,hay un montón de cúpulas y cúpulas
y torres sobre torres junto a un mar extendido.
Una vez más - me dijo -permanecerás encerrado
en aquellas viejas alturas y oirás el murmullo de la espuma lejana.

Prometió todo esto y me llevó a través
de los portones del ocaso,pasando por los lago llameantes
y los tronos de un dorado rojizo de los dioses sin nombre
que chillaban de pavor por un destino amenazante.
Luego,hubo un oscuro abismo con sonidos de mar en la noche;
"aquí estaba tu casa" - se burló- "cuando contabas con la vista".



XIX.Las campanas



Año tras año,oí ese llamado desvaído y lejano
de las campanas sonando en el viento de la medianoche;
eran los repiques de un campanario fantasmal.
Sonaba extrañamente,como si aleteara a través de un gran abismo.
Busqué un indicio, examinando mis sueños y recuerdos
y pensé en todas las campanas de mis visiones;
de la silenciosa Innsmouth,donde las gaviotas se demoraban
alrededor de un capitel antiguo, que,una vez,conocí.

Perplejo,oía como caían aquellas notas lejanas
hasta que una noche de marzo,la desolada lluvia me tentó,
con su frío, a trasponer las puertas del recuerdo,
a visitar viejas torres donde los badajos,locamente tañían.
Tañían...pero desde oscuras corrientes que brotaban
a través de valles profundos y se hundían en el fondo muerto del mar.


de Poemas, Edición Bilingüe, Andrómeda, Buenos Aires, 2009, Selección,nota introductoria y traducción de Roberto Díaz.





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