jueves, 20 de mayo de 2010

ODYSSEAS ELYTIS (GRECIA, 1911-1996)





PASADA LA MEDIANOCHE



Pasada la medianoche en toda mi vida.

Pesa mi cabeza como en una galaxia rasante
Los hombres duermen con el rostro plateado,santos
Vacíos de pasión a los que el viento arrastra sin cesar
    lejos
Hacia el cabo del Gran Cisne. ¿Quién fue feliz,quién no
Y después?
                  Todos terminamos igual dejando finalmente
Una amarga saliva y grabados en el rostro sin afeitar
Caracteres griegos que tratan de ajustarse uno con otros
           para que
La palabra de tu vida la única si...

Pasada la medianoche en toda mi vida

Pasan los carros de bomberos, hacia qué incendios
Nadie lo sabe.En una habitación de cuatro por cinco el 
     humo se condensó. Sólo se distinguen
La hoja de papel y mi máquina de escribir.Dios
Golpea las teclas y las penas incontables llegan hasta el
      cielorraso
Cerca del amanecer
                          aparecen por un instante las costas y sobre
Ellas verticales las montañas oscuras y violáceas.
Verdaderamente parece que
Vivo para cuando ya no exista


Pasada la medianoche en toda mi vida


Los hombres duermen sobre uno de sus flancos,libre
El otro para ver subir la vida ola
Tras ola y tu mano se extiende
Como la del muerto en el instante en que se le arrebata
    la primera verdad.



de Elegías de Oxópetra,Traducción directa del griego Nina Anghelidis y Horacio Castillo.Grupo Editor Latinoamericano Nuevo hacer.Buenos Aires.1999



domingo, 16 de mayo de 2010

VACHEL LINDSAY (USA. 1879 - 1931)



  Los ojos que se apagan


Que las almas jóvenes
no se apaguen antes de
emprender quiméricas empresas y
ostentar todo su orgullo.
Es el pecado del mundo que sus
hijos crezcan torpes,
sus pobres parezcan bueyes,blandos
y con ojos apagados.
No que mueran de hambre,sino que
mueran de hambre
sin soñar.
No que siembren,sino que
raramente cosechen,
no que sirvan,sino que no tengan
dioses a quienes servir
no que mueran,sino que
mueran como ovejas.

domingo, 9 de mayo de 2010

FERNANDO ROSENBERG (BUENOS AIRES,1965)





Todos ángeles


Son múltiples las formas que adopta
la mañana,ningún fiel reflejo
de la noche pasada.En un bar,
reparo ante un extremo
de la ciudad,nos acodamos 
en mesas separadas,un hombre
cano,una mujer de pelo lacio largo
y vestido tenue,estrecho,yo,una pareja
de ancianos.Ahora ya nos hemos instalado
pero al llegar,temprano,el bar
estaba todavía cerrado
y aguardamos afuera.Hay un tren que no ha salido
todavía: en múltiples recodos de la estación
bajo luces inciertas y caras moldeadas de ángeles
con alas,alguna gente espera.Cada cual
-necesario o no para el sostén del mundo-
confecciona un resumen,
trabaja en lo que puede.



Punto límite




Vi,parado en esa esquina,en paredes,
baldosas,en las caras de la gente,
los fogonazos sucesivos de las luces
al apagarse.Los comercios
súbitamente revelaban
artificiosidad,la débil conjunción
de impulsos disgregados que a
cierta hora prefijada
sobre el sinuoso límite del día
se desbarrancan.
Fue sólo media hora,pero todo
pareció intersectarse
como si en el momento en que algo
terminara cayendo
el hecho de coincidir fuera
importante.


Pinball



Para disimular su alto grado de abstracción
o de simple capricho,
-facilitar su acceso a un público masivo-
suelen adornarlas con representaciones
pasajeras,formas variadas de la moda
más algún estribillo conocido:una serie
o película de éxito,un grupo musical,
cosas sin relación con esa máquina
que mantiene sus leyes a lo largo
de los años,y soporta
los artificios.Como un fantasma algo molesto
que nadie sabe cómo erradicar y entonces
lo visten de invitado principal
así,la perfecta bola de metal
rueda detrás del vidrio,ajena,indiferente
al capricho especial que esgrime cada máquina
tanto como al deseo de quién
para tenerla
un instante más a la vista y en acción
pulsa frenéticamete los botones.


de,La casa de los vivos,Libros de Tierra Firme,Buenos Aires,1993