martes, 25 de diciembre de 2012

PABLO de ROKHA (CHILE, 1894 - 1968)


Mordido de canallas, yo fui el gran solitario

 

Mordido de canallas, yo fui "el gran solitario
de las letras chilenas", guerrero malherido,
arrastro un desgarrado corazón proletario
y la decisión épica de no caer vencido.

Sobre la patria arada de espanto, mi calvario
chorrea sangre humana, y un sol despavorido
me va ciñendo el cuerpo de fuego extraordinario,
como un caballo de oro con el freno perdido.

Irreductible al látigo, salvaje e innumerable,
el instinto social me da el imponderable,
y descubro un subsuelo que el drama humano aprueba.

Con tu recuerdo, al hombro, mi rol específico,
y como andando solo, en ti me identifico,
fundo con tus cenizas una religión nueva.


 

Ahora yo me acuerdo (fragmento)

 

Ahora yo me acuerdo de Licantén, orillas del Mataquito,
me acuerdo de la casa aquella, como de polvo, con duraznos, con
membrillos, con naranjos, con un farol, sí, con un farol en la
esquina de la noche y con palomas
llorando más arriba del pueblo del sueño,
me acuerdo de la tía Clorinda, oliendo a chicha florida, y de don
Custodio y de la Rosa y de la Flora Farías y de la beata doña
Rosario y del Oficial Civil y del cura don Liborio,
me acuerdo de los chicharrones y de los pigüelos y los causeos de
don Vicho, y del poruña Abdón Madrid y de la tonta Martina
y del compadre Anacleto y del borracho Juan de Dios Pizarro y
Juan de Dios Chaparro,
me acuerdo de las piaras costinas, tan olorosas a cochayuyos y a
sentimientos de Iloca,
y me acuerdo de los lagares, ciertamente, de los lagares del buey,
arrumados en los graneros, llenos de huevos y herramientas,
"entre junio y julio"
y me acuerdo de las botas y las mantas españolas de mi abuelo,
me acuerdo de la media rayada del silabario y de las enredaderas
polvorientas de la escuela,
y después, Talca, la ácida, la árida Talca,
la lluviosa ciudad negra, seria, fea y atribulada, de santos de
sombra y de aceitunas,
la vieja escuela cluequeando entre los tamarindos,
la vieja escuela primaria, la vieja escuela primaria, y don Tomás,
el preceptor don Tomás, sí, don Tomás, el amigo de Dios, y las
bolitas,
y el volantín azul arriba de la provincia enmohecida,
aquella gran bronconeumonía y los anchos armarios de
carretillas y la vida de Colón, la vida de Edison, la vida deWashington con monitos, y los lacrimatorios del mapa-mundi,
y las matitas de poroto y de zapallo creciendo, ardiendo en los
extramuros del alma,
los caminos de estatuas, apuntalando un sol cuadrado y polvoso,
y los himnos escritos en la piedra, por la oscura mano que nadie
conoce,
[...]
y después, después, las niñas Pinochet
y las cacerías y las borracheras en la montaña, adentro del
espíritu irreparable,
y los versos honestos entre los sembrados, los espinales, los
viñedos y las islas profundas de Pocoa,
que era lo mismo que un causeo de invierno, que era,
y después, el niño inhábil, el confundido, el planetario,
a patadas con los manicomios,
y las cartas lluviosas: "estudia, hijo, las cosechas van
malitas, a la bodega vieja se le cayó el cielo
y a la Chepita un diente, ¿qué te sucede?...
cobra un giro y reza por nosotros, el año inútil, hijo, sí, el año
inútil,
tu mamá te manda un pavito, abrazos, ojuelas y charqui de la
guitarra,
aquí, ya hay violetas, cuídate, van aceitunas, patitas de chancho,
miel, quesitos de cabra, murió el rucio Caroca, tu padre,
Ignacio"...


 

Cantar

 

Te busqué en los mares,
te busqué en las tierras,
¡no te ha visto nadie
y todo lo llenas!

Rumbo de la vida,
ilusión cansada
¿en qué pueblo habitas
y cómo te llamas?

¡Seguir caminando
sin ver el camino!
¡Llorar lo pasado
y lo no venido
con el mismo llanto...!

domingo, 16 de diciembre de 2012

RODOLFO HINOSTROZA (LIMA,PERÚ,1941)

 

 

Con una camioneta llena de chicos soñolientos




Con una camioneta llena de chicos soñolientos
Regresamos a Lima la tarde del Domingo
Cuando la luz declina y en retrovisor
Se desdibujan pueblos polvorientos
Encallados como paquebotes en el desierto humeante
Y de pronto avistamos el mar enrojecido
Mis hijos se despiertan balbucientes, nos tocan sus manitas temblorosas
Y la felicidad, salvajemente, nos roza con sus alas

                                   Dó están ahora, amigo mío,
Los crepúsculos metafísicamente atormentados de París
Dó mi psicoanalista
Que hurgaba con un palito mis llagas purulentas
Hasta hacerlas sangrar rojos fantasmas
Dó las mujeres espléndidas y locas
Que apasionadamente disputaban
Mis despojos de poeta perdido entre dos siglos
Desamparado y cínico

Se han hundido en la bruma de los días
Las ocasiones desaprovechadas
Los viajes minuciosamente desolados
Los poemas que no fueron escritos
Las reconciliaciones perdidas para siempre
Las ambiciones que no fueron colmadas
Los hijos abortados sin un grito

El pasado me asalta sin un ruido
Desde el fondo del Misterio Inmenso e Insondable
Y sin melancolía se queda atrás tirado
Entre dos luces de la carretera
Que avanza sin detenerse
Así como crecen mis hijos implacablemente
Y mi vida se llena de sentido
Mientras regreso a Lima la tarde del Domingo
Con un puñado de niños soñolientos,
Quemados por el sol, sucios de arena,
Con huellas de divinidad en las narices…

jueves, 13 de diciembre de 2012

TASOS DENEGRI (ATENAS,1935)



La dulzura del nihilismo


Tengo la libertad de la caída
esta caíida
es mía
y me pertenece.

27 de mayo 1972
de La sangre del lobo



Confesión

El señor es médico
la patrona es su mujer;
tienen un perro pastor
al que quieren mucho.

No me dejan comer con él.


Marzo de 1986
de La situación de las cosas



traducción del griego Nina Anghelidis-Spinedi,según la versión que aparece en Nexo Literario,Año 1 - Nº2 - Octubre de 1993.