lunes, 29 de febrero de 2016

OMAR CASTILLO ( MEDELLÍN,COLOMBIA,1958)





INCRUSTACIONES EN ESTAMPIDA

Bajo el agua
Dios recoge
La faz de nuestros rostros
Mientras avanza la batalla
Y crujen los huesos
Al chocar unos contra otros
Como utensilios que son
En estos menesteres

Al fondo una frase
Evoca un país
Del que sólo queda
Su nombre al ser pronunciado

Bajo el agua
Dios recoge
Y nosotros donamos

Mientras una piedra
El silencio hace
Y sucede la flor
Igual a un impacto
Abasteciendo los ecos
Las huellas en estampida.


PARÍS, OTOÑO DE 2003

Ni en el principio el verbo.
Ni dios salvaguardado como uno y el universo;
Ni la palabra, ni la metáfora.
Ni Homero fascinando a Odiseo
Para hilvanar en su ausencia dudas;
Ni Alejandro desenfundando la espada
Ante lo inconmensurable del nudo,
Y tronchando su descendencia;
Ni Ovidio en los extramuros del Imperio
Diseñando las señales que delatan el exilio;
Ni Dante al vislumbrar en Beatriz
Lo ahíto de la eternidad;
Ni Juana de Arco enfundando la palabra
A la diestra del Inglés, a la siniestra del Francés
Sumándose a la vastedad de la hoguera.

Aquí, de este lado del océano,
Cuando mínimas palabras por el teléfono
Desfiguran la ínsula de la soledad.


NO SE IMPONE EL EXILIO

Aprende también la lengua del imperio,
Existe entre quienes la tienen en común.
En todo caso no olvides el verbo que da origen
A tus palabras. Lo geográfico no es suficiente
Si no pronuncias la lengua donde se fundan
El silencio y las voces que te entrañan.
Ante el ejercicio avasallante del imperio,
Toda resistencia es falsa si ignoras la lengua
Desde donde te es propicia la multiplicidad
Que hace del universo un sonido único
Y complejo en su ramificación y origen.
Si no dejas que arranquen tus palabras,
No les será posible imponerte ninguna prisión.
Así todo invasor resulta en el exilio.

DE PASO

El árbol.
En él
Un pájaro.
El cielo azul
Cruzado por nubes
Y bañado por el sol
Hace creer que el invierno
No sucede en New York
Este enero de 2006.
La repetida arquitectura
De la fachada
De las edificaciones
En sus interminables bloques
A lado y lado
Lo confirma e impone.
Otro pájaro vuela del árbol
Sin hojas
Mientras la luz verde
En la hilera de semáforos
Deja que los vehículos avancen.
(Queens, New York, enero, marzo, 2006).


de Huella estampida - Obra poética 2012 - 1980
 

jueves, 18 de febrero de 2016

Pentti Saarikoski (Finlandia,1937-1983)



Mudanza

Un pájaro grande necesita un nido grande
a un pajarillo le basta un nido pequeño
le ha tocado un tiempo maravilloso para hacer la mudanza
así es contesté sonriendo
mi padre me dio la mano y me dijo adiós
mi madre me dio un abrazo y luego me fui
y el camión de mudanzas también se fue
es fácil tomar el pelo a la gente como al hombre de la mudanza
por supuesto no vivo donde me espera el de la mudanza
y me están esperando mis cosas
podrá encender un cigarrillo más
y a mí no me verá venir
ya que soy pequeño y más pequeño que un pajarillo

Cuando llega la noche…

Cuando llega la noche y todas las noches
se vienen a la mente,
¿cómo voy a vestir mis pensamientos de palabras?

Nunca accederás a la pista…

Nunca accederás a la pista de baile
si tus pies no son lo suficientemente sensibles
como para que puedas andar sin mirar adelante
y pasar al lado de la serpiente sin alarmarla
y sobre las raíces del alerce sin herirlas

Los tiranos eran

Los tiranos eran
gentes
que se desvestían
y se vestían
trabajaban hasta altas horas
barajaban papeles
y ciudadanos
pasándolos de la bandeja de entradas
a las de salidas
ahora que la cordialidad ha abandonado
al gobierno
los tiranos han sido reconvertidos
máquinas
que no se cansan
que no beben hasta embrutecerse
y nunca bailan tango o rumba
hacen el trabajo
hablan de cómo al poner el alambre de púas
y tú puedes oír
lo que eres
tú eres un uno un dos un tres
o un cuatro o un cinco o un seis un siete
o un cero
estas máquinas serían imposibles
si no hubiesen sido inventadas

.

miércoles, 3 de febrero de 2016

ADRIENNE RICH (EE.UU. 1929 -2012 )




V

Este departamento lleno de libros podría partirse en dos
bajo las mandíbulas gruesas y los ojos saltones
de los monstruos : una vez que abrís un libro,tenés que enfrentar
el lado oscuro de todo lo que amaste -
el estante y las pinzas,listos;la mordaza
con la que hasta las mejores voces tuvieron que mascullar,
el silencio que entierra la arena del desierto
a los niños no deseados - mujeres,desviados,testigos.
Kenneth me cuenta que ordenó los libros de modo
que mientras escribe puede ver a Blake y a Kafka;
sí,y todavía hay que ajustar cuentas con Swift,
que aborrece la carne de las mujeres pero les alaba la mente,
con el terror de Goethe por las Madres,con Claudel vilipendiando a Gide
y con los fantasmas - sus manos entrelazadas por siglos-
de las artistas que murieron en el parto,de las sabias calcinadas en la hoguera,
siglos de libros sin escribir,apilándose detrás de estos estantes;
y todavía nos tenemos que quedar mirando la ausencia
de los hombres que no debieron,y de las mujeres que no pudieron,
hablarle
a nuestra vida - este hoyo sin excavar
llamado civilización,este acto de traducción,este medio-mundo.


VII

¿Qué clase de monstruo convertiría su vida en palabras?
¿De qué expiación se trata?
- y sin embargo,escribiendo palabras así,yo también vivo.
¿Es como la señal que aúlla el carcayú,
esa cantata modulada de lo salvaje?
¿O cuando lejos de vos,trato de crearte con palabras,
te uso nada más,como se usa un río o una guerra?
¿para escaparme escribiendo de la peor de las cosas -
no de los crímenes de los otros,ni siquiera de la propia muerte,
sino del error de querer la libertad con suficiente pasión como para que
los olmos apestados,los ríos enfermos y las masacres parecieran
meros emblemas de esa profanación de nosotros mismos?


IX


Hoy tu silencio es un estanque donde viven cosas ahogadas,
cosas que quiero ver salir chorreando y secarse al sol.
No es mi cara la que veo,sino otras caras;
también la tuya,a otra edad.
Lo que sea que esté extraviado ahí,las dos lo necesitamos -
un reloj de oro antiguo,un registro de temperatura que el agua borró,
una llave...Hasta el barro y las piedritas del fondo
merecen su cuota de reconocimiento.Me asusta este silencio,
esta vida sin articular.Estoy esperando
un viento que abra suavemente los pliegues de estas aguas
de una vez y me muestre lo que puedo hacer
por vos,que muchas veces le pusiste nombre
a lo innombrable para los otros,incluso para mí.


de VEINTIÚN POEMAS DE AMOR - Versiones de Sandra Toro - Postales Japonesas Editora,Córdoba,2015.

PEDRO LASTRA (CHILE,1932)






Ya hablaremos de nuestra juventud




Ya hablaremos de nuestra juventud,
ya hablaremos después, muertos o vivos
con tanto tiempo encima,
con años fantasmales que no fueron los nuestros
y días que vinieron del mar y regresaron
a su profunda permanencia.
Ya hablaremos de nuestra juventud
casi olvidándola,
confundiendo las noches y sus nombres,
lo que nos fue quitado, la presencia
de una turbia batalla con los sueños.

Hablaremos sentados en los parques
como veinte años antes, como treinta años antes,
indignados del mundo,
sin recordar palabra, quiénes fuimos,
dónde creció el amor,
en qué vagas ciudades habitamos.