domingo, 16 de mayo de 2010

VACHEL LINDSAY (USA. 1879 - 1931)



  Los ojos que se apagan


Que las almas jóvenes
no se apaguen antes de
emprender quiméricas empresas y
ostentar todo su orgullo.
Es el pecado del mundo que sus
hijos crezcan torpes,
sus pobres parezcan bueyes,blandos
y con ojos apagados.
No que mueran de hambre,sino que
mueran de hambre
sin soñar.
No que siembren,sino que
raramente cosechen,
no que sirvan,sino que no tengan
dioses a quienes servir
no que mueran,sino que
mueran como ovejas.

1 comentario:

  1. Lúcida y bella exhortación que se extiende y restalla para interpelarNos desde la espesura de la poesía... Gracias, Alejandro, por la conmoción y la intensidad, por convidarNos al despunte y al vuelo. Mi Abrazo, ciertamente emocionado!

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