ALBA
En esta habitación oscura
apenas reconozco
los pliegues de una cama removida.
En la soledad de mis recuerdos
respiro el aire húmedo
de la mañana.
Buscar el símbolo
de un himno - Palach-
y la voz queda de la juventud
congregada en la plaza
y ahora
bajo mis mantas.
Reconocer en el tiempo
tu primera sonrisa
tu respiración afanosa
tal como ahora
duermes.
Buscar en la oscuridad
tu mano abandonada
como cuando-cansada-
abrías el puño cerrado.
Lento
desaparecer de sombras
a través de los postigos.
La luz me envuelve
y me asalta
el miedo de un nuevo día.
EL MAÑANA
Para la mujer amada
no existe mañana,
¡ay!si te olvidas
¡ay!si te olvidas
del hoy,
y la alegría fugaz.
Es tan frágil
en la efímera tarde,
que tú debes darle seguridad.
Sin embargo,
qué tristeza
tener que vivir siempre
un solo instante.
de Móvil, Save As Editorial, Barcelona, 2001. Traducción de Carlos Vitale (Argentina,1953)
Alejandro, me parece estremecedora y a la vez fascinante esa frase del poema: "qué tristeza tener que vivir siempre un solo instante". Estremecedora porque encierra la paradoja del instante y lo eterno y fascinante porque vivir instantes es abrir caminos hacia la posteridad.
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