¿Y no sientes acaso tu también un dolor tormentoso sobre
la piel del tiempo,
como de cicatriz que vuelve a abrirse allí
donde fue descuajado de raíz el cielo?
¿Y no sientes a veces que aquella noche junta sus jirones en
un ave agorera,
que hay un batir de alas contra el techo,
como un entrechocar de inmensas hojas de primavera en duelo
o de palmas que llaman a morir?
¿Y no sientes después que el expulsado,llora,
que es un rescoldo de ángel caído en el umbral,
aventado de pronto igual que la mendiga por una ráfaga
extranjera?
¿Y no sientes conmigo que pasa sobre ti
una casa que rueda hacia el abismo con un chocar de loza
trizado por el rayo,
con dos trajes vacíos que se abrazan para un viaje sin fin,
con un chirriar de ejes que se quiebran de pronto como las
rotas frases del amor?
¿Y no sientes entonces que tu lecho se hunde como la nave
de una catedral arrastrada por la caída de los cielos,
y que un agua viscosa corre sobre tu cara hasta el juicio
final?
Es otra vez el légamo.
De nuevo el corazón arrojado en el fondo del estanque,
prisionero de nuevo entre las ondas con que se encierra un sueño.
Tiéndete como yo en esta miserable eternidad de un día.
Es inútil aullar.
De estas aguas no beben las bestias del olvido.
de Obra Poética,Correguidor,Buenos Aires,1991.
jueves, 5 de febrero de 2009
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¡SIENTO TANTAS COSAS!!!!!!!!!
ResponderEliminaralgunas buenas otras un poco temerosa, pero
quiro creer y se que lo hago!
Un beso
Roxana