sábado, 9 de octubre de 2010

ARTURO BORRA (ARGENTINA,1972)

 
 
 
Poema del hambre

No parece que quepa, hoy en día, otra poesía más que la que diga el hambre.
Chantal Maillard


 
Preguntás cómo se conjuga la palabra
«hambre» en un poema. Pero un poema
sin hambre no es. No todos saben que el hambre
es poema, que no hay
palabra que salve de la desnutrición que rompe
los cuerpos.

Es cierto que la palabra «hambre» no es
todavía cuerpo hambriento. Apenas un poema
la menciona avergüenza de delgadez
(pero quien conjuga
no puede conformarse con la plenitud
de lo inexistente).

Un poema sin hambre es palabra desdentada,
altar de sacrificios.
La palabra
«hambre» no llena el poema: lo abandona
desnutrido hasta la médula, socava
su manta, la geometría del
equilibrio.

El hambre muerde tanto silencio y
por hambre se escribe:

para ofrecer el vientre
---
Entonces escribe


“…se sienta a la mesa y escribe”
Juan Gelman
dime qué hago dice y no sabe
dime cómo miro dice y tampoco sabe
qué hace cómo mira en esta pendiente
oscura como un silencio o un llamado
desconocido

y no sabe sigue sin saber quiere hacer
algo con su no saber –y entonces escribe
cuando ya no puede decir más no sé no sé no sé:
escribe entonces como un silencio un llamado
y la pendiente oscura cae sobre sus ojos
y la pregunta es un caballo que corre sobre
regiones blancas

dime por dónde sigo dice –y no hay respuesta
que no sea fuga
-------------------y no sabe
y entonces escribe:

----

Casi todo

Más tarde supe: sobra
casi todo.

Esta escritura sobrante
sobrevive como una especie
que agoniza. No sé qué lenguaje apagado
invoca. En una grieta
me asomo hasta las últimas luces
y nada veo.

Sólo el desierto es consistente.



de Umbrales del naufragio ,Ed. Baile del Sol, 2010

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